viernes, 14 de agosto de 2015

Día de café y besos




-Buenos días, cariñísimo, guapo entre todos los guapos, perla. Te invito a un café, pero ya sabes... te robaré un beso.
-¿Podría ser un café con mucho azúcar y beso largo?
-Desde luego. A cambio... ¿podría ser que tú existieras cerca, mi niño, aunque solo fuera una mañana?
-Por supuesto. No una: Te regalo todas mis mañanas para desayunar juntos por siempre jamás.
-Acepto. Pero me cuesta mucho levantarme temprano. Y ¿si te quedaras la noche anterior a dormir?
-Acepto. Me quedaré en tu abrazo todas las noches. Por siempre jamás. Aunque... debes saber que a veces me cuesta dormir.

-Eso no será un problema. Tomaremos más café con besos.
                                                                                              (Irela Perea)


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