miércoles, 3 de febrero de 2016

Una lágrima



Una lágrima es eso que humedece los ojos del mundo, y que el mundo se empeña en ocultar.
Es eso que nos tragamos tantas veces por soberbia, por orgullo, por demostrar fortaleza y queda atorada en la garganta, apretada en el corazón comprimiéndolo todo.
Es tan profunda que no sabemos con certeza de dónde nace, ni si podrá morir alguna vez.
A veces una lágrima cicatriza una herida, lava una pena y ablanda el corazón
Una lágrima es un recuerdo, una angustia, una desesperación, una interrogante.
Una lágrima puede ser a veces el comienzo del perdón, la primera luz de la rectificación, que hace estrechar una mano.
Una lágrima puede ser rebeldía o arrepentimiento. Odio. Amor, luz o sombra.
Una lágrima puede ser el sueño desvanecido que rozó nuestros párpados o el amor perdido que aun está dulce, húmedo.
Una lágrima es a veces la gota mágica que hace cambiar por dentro, cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lágrima ayuda.
Cuando la derramamos en el corazón querido, o en la intimidad de la AMISTAD la lágrima une, estrecha, funde.
La lágrima transforma, enseña, disuelve los rencores, las espinas, las malas yerbas que van creciendo e impidiendo acercarse, abrazarse, comprenderse.
La lágrima descubre, el que ignora los motivos por los que las derraman, no te conoce.
Dichosos los que saben llorar.


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