jueves, 10 de diciembre de 2015

Leyenda del muérdago

Los origines de besarse bajo el muérdago en Navidad se remonta al siglo XVII. Se creía que poseía un poder mágico que daba la vida y tenía la habilidad de traer la paz entre los enemigos. En Escandinavia, el muérdago era considerado una planta de paz, bajo la cual los enemigos podían declarar la tregua o un matrimonio que discutiera podría besarse y hacer las paces.

En el siglo XVIII, besarse bajo el muérdago tomó un nuevo significado. Se creía que una joven bajo el muérdago no rechazaría ser besada, y que un beso apasionado podría significar el comienzo de un gran romance. Por el contrario, si una mujer no era besada mientras estaba bajo el muérdago, significaba que no se podría casar durante otro año. No hace falta decir, que la Navidad para las chicas jóvenes durante el siglo XVIII estaba tan llena de estrés como de alegría navideña.

Después, tras cada beso bajo el muérdago, el hombre debía arrancar las bayas de la planta.

De acuerdo con la costumbre, el muérdago no debía tocar el suelo desde que es cortado hasta el día de Candelaria (2 de febrero); a veces podía permanecer el resto del año para proteger la casa de los rayos o el fuego, hasta que fuera reemplazado la siguiente víspera de Navidad. La tradición se extendió en todo el mundo angloparlante, aunque es prácticamente desconocida en el resto de Europa. En América se utiliza el Phoradendron serotinum y en Europa el Viscum album.
Esta costumbre tiene su origen en un mito nórdico relatado en la Edda poética compilada en el siglo XIII. En la mitología nórdica, Baldur comenzó a tener pesadillas, y su madre Frigga, diosa del amor y que sabía leer sus sueños, vio que su hijo iba a morir. Los dioses se reunieron y listaron las cosas que podían matar a Baldur. Frigga cogió la lista y fue a los nueve mundos para hacer jurar a todos los que estaban en la lista que no harían daño a su hijo. Todos excepto el muérdago, ya que Frigga no lo vio como algo amenazante (hay versiones en las que lo ve demasiado jóven para jurar).

Loki buscó algo que matara a Baldur, pero al no encontrarlo, habló con la propia Frigga disfrazado de anciana. La atosigó hasta que confesó. Entonces huyó y cogió una rama de muérdago, con la que hizo una flecha.

Debido a que Frigga había hecho prometer a todos que no dañarían a Baldur, este se creyó invulnerable y pidió a los dioses que le lanzaran todos los objetos dañinos que tuvieran, ya que no le harían nada. Entonces Loki dio la flecha a Höðr, el hermano ciego de Baldur, ayudándolo a disparar. Como era de esperar, la flecha mató a Baldur.
Frigg, aún sabiendo que Baldur estaba condenado, intentó alterar su destino. Tras su muerte intentó rescatarlo del inframundo. En algunas versiones, a partir de entonces el muérdago se convirtió en sagrado ya que Frigg prometió que no se volvería a utilizar como un arma, besando a todos los que estuvieran bajo él. Además, sus lágrimas por la pérdida de su hija se convirtieron en las bayas blancas de la planta.

El muérdago era considerado una planta mágica por los druidas, asociándolo, entre otras cosas, con la fertilidad ya que se comparaban sus bayas blancas con el semen. También se consideraba mágico porque permanecía verde todo el año, mientras que otras plantas morían en invierno, teniendo por costumbre llevarlos a sus casas durante el solsticio de invierno.

Aunque se conocen pocos detalles sobre ellos, se cree que formaba parte de la ceremonia del matrimonio pagano. Los anglosajones conectaron la planta a Freya, la diosa del amor y la fertilidad. También llevaron las plantas a sus casas. Además, tenían la costumbre de bajo él. A lo largo de los años, esta costumbre tomó muchas formas. En algunas partes de Europa, se consideró una promesa de boda, así como una predicción de un matrimonio feliz, probablemente uno lleno de bendiciones en forma de niños.


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