sábado, 6 de junio de 2015

Una taza de café


Déjame saborearte sin inhibiciones,
que tu espuma caliente me roce
los labios, la lengua
que tu olor estimulante
me queme la garganta de placer
que este líquido analgésico
acelere el metabolismo de mi cuerpo,
que en par de buches de pasión
me trague tu esencia,
antioxidante, que alucine de excitación
cuando pase la última gota de esta ambrosía
por la boca y chupe el azúcar que
siempre queda rezagada
en el fondo de la taza de café
que me bebo
todas las mañanas
junto a ti.


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