Te soñé...
Viniste despacio,
escoltado por la luna,
las nubes suavizaban tu camino.
Llegaste a mí
y creció el hechizo.
Viniste con manos llenas de dese
y a ti se aferró mi cuerpo
entregado,
mientras mi alma dormida
soñaba primaveras.
Desperté...
y el amanecer me beso la frente,
con sus labios helados.
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